Este castro minero se ubica en la ladera sur de la cota denominada Corón I (998 m de altitud), al noreste de la localidad de Noceda. Desde este emplazamiento estratégico se domina gran parte del valle del río Noceda. El castro presenta una planta alargada cortada por un foso que separa dos espacios, el primero al noreste y el segundo al suroeste, de menor tamaño. Ambos recintos se encuentran rodeados por un foso que destaca sobre otros de menor anchura, realizados todos ellos mediante fuerza hidráulica que aprovecha el caudal del agua que se conducía por la ladera. Los canales más pequeños han dejado diferentes caballones, concentrados la mayor parte en la zona noreste del yacimiento. Estas zanjas se encuentran repartidas a ambos lados del enclave: dos fosos en el lado este y tres más en el lado occidental, desaguando todos ellos en un único canal de evacuación situado al suroeste. El entorno del yacimiento no presenta agresiones, encontrándose poblado de castaños, lo que impide visualizar correctamente la superficie del castro. En la ficha del Inventario Arqueológico de León que inventaría este enclave, redactada en el año 2000 por Y. Álvarez González (Terra-Arqueos), se recoge la noticia, proporcionada por Mañanes (1988: 73) de que la prospección de este castro deparó el "hallazgo de cerámica romana, tégulas con impresión de dedos, ladrillos de un grosor de 4 cm, bordes y fondos de cerámica vulgar micácea y bastante gruesa y un fragmento de la panza carenada de un gran vaso, quizás un dolium. También se encontró una moneda romana del siglo III". Estos materiales, según consta en la ficha redactada por Y. Álvarez, se encuentran en el pequeño museo de la escuela de la localidad.

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