Se trata de un asentamiento castreño localizado al sur del pueblo, en la parte alta de la ladera de una elevación situada sobre la margen derecha del arroyo de San Justo. Cuenta con una ficha del Inventario Arqueológico de León redactada en el año 2000 por Y. Álvarez González, en la que se señala que el enclave, catalogado como un lugar de habitación (castro), tiene un recinto "de forma redondeada e inclinado hacia el sur” que posee como estructuras de delimitación un foso que lo rodea completamente, formado por una gran zanja-canal. En el sur existe otro foso que es en realidad otra zanja canal que aprovecha la pendiente de la ladera en dirección N-S. Es uno de los castros mencionados por Mañanes (1988: 76). Este autor afirma que "De la muralla conserva algo aunque muy destruido en la zona E. Parte de ella ha ido a parar al amplio foso que rodea todo el yacimiento, exceptuada la zona SE’”. Yolanda Álvarez, en la ficha de inventario (año 2000), no hace referencia a ninguna muralla, aunque indica que en los bordes exteriores de los fosos se han amontonado cantos rodados provenientes del lavado del mineral realizado manualmente. En cuanto a los materiales arqueológicos detectados en el enclave, Mañanes (1988: 76) afirma que su prospección superficial deparó el hallazgo de un molino redondo de granito que, según se indica en la ficha del Inventario Arqueológico de León que cataloga este castro, se encuentra en el pequeño museo de la escuela.

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